[Los 3 Pilares] Trascender (1/3)

De mí para ti…

Happy now!

Tal como te prometí, para seguir apoyándote en el retador y fascinante viaje de la parentalidad, aquí tienes el primer correo de la serie «Los 3 Pilares de la Crianza Consciente».

(Por cierto, si no has visto aún el video acerca de cómo aprovechar la guía y responder sus preguntas que te envié hace un par de días, velo aquí antes de continuar).

Esta serie de tres correos será casi que una mini-clase, así que te sugiero que saques papel y lápiz para que anotes lo que más te haga click!

Como esto no es teoría sino práctica, mejor te lo explicaré usando detalles de mi historia personal.

Voy.


No creas que me dedico hoy día a lo que me dedico por azar. No.

Lo que hago hoy, está fuertemente influenciado por mi crianza.

Aunque quizá no de la manera que crees.

Por cierto, si no sabes a qué me dedico, es: a ser incómoda parapromover cambios 🤪

Mi pasión es servir a la evolución de la humanidad… un individuo a la vez (te iré echando cuentos más adelante) a través de la mirada de la espiritualidad práctica y la expansión de consciencia.


Mi vida de hoy se gestó mucho antes que yo decidiera el camino que tomé, porque…

La crianza no es inocua. Deja huellas.

Ni tu crianza ni la mía son inocuas. Ni la de tus hijos si ya eres papá o mamá. Ni la de los hijos que quizá algún día tengas. Ni la de los hijos de tus amigos o familiares.

No existe un individuo que no haya sentido, en su adultez, la influencia de como fue criado.

Y es que la crianza tiene influencia y efectos en cada ser humano.

Seguro los has sentido aunque no los tengas identificados.

Y no siempre son efectos que la mente desearía.

Yo arrastré muchos de esos efectos de mi infancia a una juventud y adultez cargada de dolor, tristeza, rabia, insuficiencia y sentirme “rota”.

Ello influía en mis decisiones a todo nivel: a la hora de escoger pareja; en mi falta de claridad sobre a qué dedicarme; mis finanzas siempre inestables.

Incluso en la autopercepción de mi cuerpo: durante muchos años me ví “gorda”, aunque no lo estaba.

Aunque mi historia “de vida” no ha terminado, afortunadamente mi historia “de niñez” sí terminó y tuvo un “final feliz”.

Y ese final inició el día que empecé a vivir el 1er. Pilar.

Aquí lo tienes:

👁Trascender las Insuficiencias
de Mi Crianza

El viaje que he andado para trascender las insuficiencias de mi crianza, fue transformándome en un individuo más alineado a mi verdad, más conectado a mi pasión, y más determinado a vivirla.

El viaje. No solo unos cuantos pasos 😉

Por eso hoy, hago lo que hago.

A los 18 años comencé mi viaje de autoexploración.

Psicólogos. Muchos. De diferentes estilos.

Buscaba respuestas a por qué mi papá nos trataba como lo hacía. Por qué los golpes. Por qué la rigidez. Por qué la exigencia. Por qué los castigos. Por qué me sentía no amada.

Pasé un montón de años brincando de psicólogo en psicólogo. De libros a terapias alternativas, de allí a cursos y formaciones. Online. Presenciales. De autoestudio.

Te lo tengo.

Sin obsesión. Con intención y dedicación.

En el viaje, iba recogiendo piezas y armando mi rompecabezas para entender por qué…

⚠️Nuestros padres nos quedan debiendo

Por eso hablo de “insuficiencias” en este primer Pilar.

Y hablo de “trascenderlas” porque si no lo hacemos… se las montaremos a nuestros hijos encima sin darnos ni cuenta.


Antes de nombrarte algunos ejemplos de insuficiencia quiero aclarar algo, que explicaré en detalle en el 3er. Pilar, un par de correos más adelante:

Para nada tengo la expectativa de que los padres seamos infalibles.

Hablo de un hecho inevitable que forma parte de un contexto propio de la crianza.

Y que, además, tiene un propósito evolutivo de mayor escala (explicado en el 3er. Pilar), que nos obliga a buscar por nosotros mismos lo que “nos faltó“ y, al hacerlo, vivir un viaje único de autodescubrimiento y evolución.

Que nos hayan quedado “debiendo”, no es excusa para victimizarnos.

Es un activador para, en la adultez, movernos a buscar y hacernos responsables de darNOS lo que necesitamos.

Incluso si tuviste una infancia bonita y tu padres hicieron todo lo que pudieron para ser los mejores padres, es casi inevitable que hayas recibido una crianza que resultó insuficiente para lo que tú puntualmente necesitabas cuando eras niñx.

Pero ATENCIÓN, esa “deuda” no es necesariamente algo “negativo”.

Déjame explicarte.

¿Por qué digo que tu crianza pueden haber habido insuficiencias?

Porque desde tiempos ancestrales, la educación de los hijos se ha vivido desde un paradigma inconsciente, posesivo y adultocentrista.

Los adultos estaban —y muchos están— convencidos que sabían lo que la vida, mente, corazón y esencia de los niños y jóvenes, en general, necesitaban.

Y lo sabían “porque sí”. Como si tuvieran poderes especiales 🙄

Incluso en tiempos más recientes, desde un paradigma autoritario y ondeando la bandera de “por el biende los hijos”, se nos criaba según lo que los adultos opinaban que era mejor.

Parte de la insuficiencia venía del hecho que, aun con amor, criaban sin tomar en cuenta las necesidades particulares del individuo completo, único y especial que es un niño.

Aún hoy, muchos padres crían así a sus hijos.

Desde esos paradigmas jerárquicos, lo que los hijos necesitaban no era algo que los padres se preguntaran. Porque, nuevamente, ellos creían que solo por ser padres, ya lo sabían.

Desde esa mirada, quizá tus padres te quedaron debiendo…

  • respeto a tus ideas y a tu identidad
  • libertad para tomar decisiones a tu verdad
  • escucha y espacio para expresarte abiertamente
  • tiempo para vivir tus procesos a tu ritmo
  • aceptación para reforzar tu derecho a ser diferente
  • guía para encontrar nuevos caminos que se adaptaran a ti
  • información para comprender más de la vida, de los demás, de ti
  • referencias amorosas desde el ejemplo

Tengo esa lista clara porque personalmente tengo algunas de esas deudas de infancia.

Otras las ví reflejadas en mis hermanxs y amigxs, así como en mis clientes y estudiantes.


Reconocer lo que otro individuo necesita implica un trabajo serio y profundo de despertar, de suspensión de expectativas, de aprendizaje, y de agudización de nuestra mirada.

Implica también evaluar nuestro paradigma de parentalidad —para lo cual espero sinceramente que te sumerjas en la Guía de Exploración Dinámica «Amar No Es Suficiente».

Hacerlo, puede ayudar enormemente tu proceso de «darme cuenta» y abrir posibilidades de expansión y transformación a partir de allí.

Esto es apenas una cápsula de información que busca empezar a expandir tu perspectiva, si resuena.

Una vez tengas los 3 Pilares, sumado a la Guía, irás armando tu propio rompecabezas y mucho que quizá hasta ahora no hacía sentido… comience a tenerlo.

Esta frase de Oliver Wendell Holmes, que se suele confundir con una similar de Albert Einstein, es parte de lo que vivirás si lees los correos de esta Serie:

Confío que estos correos expandan y alivianen tus miradas sobre tu hijez. Y que si tienes hijos, o algún día crees que lo tendrás, te sirvan de nuevos referentes.

Mañana: [Los 3 Pilares] Darte Cuenta (2/3)

Evelyn